La muerte siempre la han presentado, como un gran misterio (que no lo es), muchas personas ni siquiera suelen tocar el tema por temor, o te dicen que no es bueno hablar de eso, pero si lo analizas fríamente es lo único seguro que tienes en la vida, porque algún día “pasaras de plano”.
Cuando se llega al final de la vida es cuando ves las cosas con mayor claridad y tal es el caso de Elisabeth Kübler-Ross, que no solo dejo un legado valioso para entender la muerte, si no que introdujo las técnicas de cuidados paliativos para dignificar a los moribundos. Ella cambio la forma en la que occidente observaba, trataba y entendía el proceso llamado muerte. Ella la humanizó e introdujo los cuidados paliativos. Nos enseñó también a afrontarla con su célebre teoría sobre las fases del duelo y nos recordó que ese final no era tan terrible para el que se marchaba. Marcó tendencia y nos dejó un legado indiscutible, que aún hoy, sigue muy presente.
Esta psiquiatra de origen suizo llegó a ser “honoris causa” en 28 universidades.
La doctora Ross acompañaba en sus últimos momentos a moribundos y también a niños con enfermedades terminales. Su sensibilidad era absoluta y el modo en que confería alivio e incluso esperanza a quien se iba y a quien se quedaba hizo historia. Su enseñanza fue entender que la pérdida humana es parte de nuestra existencia y la clave radica en aprovechar al máximo de cada día dignificando esos instantes en los que las personas emprenden el “viaje a casa”, uno que según la doctora está lleno de amor y luz.
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La Necesidad De Dignificar A Los Moribundos
Cuando la doctora Kübler-Ross llegó a Estados Unidos quedó impactada por la falta de atención psicológica a las personas con enfermedades terminales, en especial a los niños. También fue consciente de la falta de dejadez y sensibilidad con los moribundos, con las personas que estaban en el lecho de muerte. Intentó cambiar todo aquello y lo que inicio fue una necesaria revolución.
- Fue pionera a la hora de establecer las bases modernas de los cuidados paliativos.En su libro Sobre la muerte y los moribundos (1969) expone el modelo de Kübler-Ross que empezaría a aplicarse en múltiples hospitales.
- Asimismo, introdujo una nueva asignatura en la Universidad de Chicago en la que enseñaba a comprender el proceso de muerte y la necesidad de apoyar a las personas con enfermedades terminales. En aquellas clases, acudían enfermos a los que les quedaba poco tiempo de vida para dar su testimonio.
Gracias a aquellas clases, asentó y definió las etapas por las que pasa un enfermo terminal:
- negación
- ira
- negociación
- depresión
- aceptación.
Elisabeth Kübler-Ross ayudó a miles de familias. Lo hizo facilitándoles estrategias para acompañar con dignidad a la persona en agonía y en el lecho de muerte y para manejar la pérdida una vez que esa persona ya se había ido. El clásico modelo del duelo facilitaba el poder manejar las emociones que surgen en estas experiencias.
La doctora Kübler-Ross escribió más de 20 libros sobre la muerte y viajó por todo el mundo para impartir sus talleres de “Vida, muerte y transición”. Los ingresos que obtenía los invertía en su totalidad en organizar retiros para ayudar a las personas a superar las pérdidas, a lidiar con sus enfermedades, miedos y angustias respecto al final de la vida.
La Muerte Como Un Amanecer, Un Tránsito A Otra Etapa
Uno de sus libros más polémicos fue sin duda “La muerte, un amanecer”. En él incidía en una idea muy concreta, la muerte es simplemente, pasar a un nuevo estado de conciencia. Es trascender a un estado lleno de amor y bienestar indescriptible rodeado de luz… A partir de ahí, se inicia, según el enfoque de la doctora, un viaje de crecimiento espiritual.
Esta visión fue criticada por la comunidad científica. Bien es cierto que sus modelos de cuidados paliativos y de afrontamiento de la pérdida y enfermedades fueron bien recibidos y promovidos. No obstante, el aspecto relativo a esa visión más íntima y espiritual sobre lo que para ella era la muerte, no fue bien recibido.
A pesar de ello, son muchas las personas que apoyan esa idea y que se sienten reconfortadas albergando esa visión, esa perspectiva. Sus tranquilizadoras y esperanzadoras lecciones sobre la muerte y la vida siguen sin duda muy presentes a día de hoy.
“Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa. Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa…”
-Elisabeth Kübler-Ross-
Con Amor,
Susana
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com
Vídeo: LA MUERTE UN AMANECER – Dr. Elisabeth Kübler-Ross
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