(Aclaratoria)
Primero que nada me gustaría, comentarte que mi percepción del Tarot ha ido cambiando a lo largo de los años, puedo decirte que es una gran herramienta y dependerá mucho de las manos que barajeen las cartas e interpreten su significado. Creo que todas las herramientas que podamos utilizar tipo terapias complementarias, astrología, tarot, entre otras pueden ayudarte y darte alguna visión más amplia de lo que esté sucediendo y quieras aclarar. Sin embargo también es importante decir que puedes encontrar gente muy buena o todo lo contrario, la cuestión es no dejarte influenciar y tener una visión objetiva de lo que te puedan llegar a decir. He visto de todo, a todo nivel manejando estas herramientas y hay que ser muy cuidadoso al respecto. Aclarado este punto, pasemos a descubrir la magia del Tarot.
Las primeras cartas para jugar, llegaron a Europa en la segunda mitad del siglo 14, provenientes del Medio Oriente, y fueron creadas en China, unos 300 años antes. Originalmente, tenían cuatro “pintas”: el taco o bastón de palo (o sea, los bastos), monedas (o sea, los oros), espadas y copas. Esa división de cuatro se ha mantenido hasta nuestros días, en los naipes tradicionales. De hecho, es la misma división existente en el “naipe español”.
Después de un tiempo, ya habían aparecido cartas extra, o “triunfos”. Ya en 1425 hay descripciones de estas cartas. Se trataba de distintas figuras, usualmente pintadas a mano, por lo que al comienzo, sólo las personas con dinero podían acceder a ellas. Pero, las cosas cambiaron tras la introducción de la imprenta en Europa.
En un principio, representaban distintos conceptos: dioses griegos, virtudes cristianas, etc. Durante la primera mitad del siglo 15, se estabilizaron en los símbolos conocidos actualmente, y en una cantidad precisa de 22. Una de esas cartas, no tenía número, y es el antepasado directo del “comodín” o “joker” en el naipe inglés. Y además, en esa época, el juego adquirió también su nombre: Tarot. [Leer más…]