Desde toda la vida las limpiezas energéticas han existido, bien sea para espacios, o personas. Por ello es importante aclarar que estas pueden ser de muchos tipos. Pueden ser con plantas, inciensos, aguas, esencias, en fin muchas opciones para quitarnos “basura energética” o para quitarla de nuestros espacios.
Cuando escribí mi libro Recetas Energéticas: Alma, Cuerpo, Mente y Espacios dedique un capítulo a esta limpiezas y algunas de las básicas tanto para espacios como tu cuerpo, porque la gente no tiene ni idea de que la energía se carga y se enrancia, pudiendo llegar hasta enfermarnos.
Así pues, una de las más sencillas, porque en todas las casas suele haber sal, pero no menos potente, es la sal gorda, sal gruesa, sal marina, dependiendo del país donde te encuentres tiene alguno de estos nombres.
No solo para salar las comidas sirve la sal, en la antigüedad se le consideraba un mineral místico con el poder de disipar:
- Las malas energías.
- Proteger del mal de ojos.
- Envidia.
- Magia negra, entre otros
En las personas es utilizada para eliminar malas vibras, mal rollo, mala onda, propias o ajenas. Liberarse de esa sensación de pesadez, desgano, carga emocional negativa etc.