Todo el viaje a Egipto ha sido especial y mágico.
Pero lo que me aguardaba para el final…
Como dije a comienzos de este texto, era un viaje que me había imaginado toda mi vida, desde que tengo uso de razón. Y lo más impactante para mí de Egipto no solo eran sus templos y monumentos funerarios, que realmente me impactaron, si no las tres pirámides de los Faraones Egipcios Keops, Kefren y Micerino que se levantan y mantienen, cual majestuosos guardianes del desierto egipcio.
Cuando te has imaginado algo, que has leído, que has visto en películas, en televisión, y aunque sepas que te vas a encontrar con eso, ya cuando lo tienes frente a frente, no tienes ni idea de cuál será tu reacción…
Pues eso me pasó, ya las había visto en la distancia, sabía que iba hacia allá, pero cuando las tuve enfrente fue una sensación indescriptible, una sensación en el pecho, que me decía que ya nos conocíamos, no sé cómo ni cuándo, quizás en sueños o en otras vidas… me sentía como en casa, lo cierto fue que la emoción que sentí nunca la había sentido.
Hicimos un recorrido por toda la meseta, para tomar consciencia de los canales vibracionales del lugar, así como también, para conectar con la energía del mismo.
La arena del desierto está formada por piedras altamente energéticas como la diorita, cuarzo, y granito entre otras.
Índice de contenidos
La Gran Pirámide de Keops.
La Gran Pirámide de Keops corresponde energéticamente a la vibración del séptimo chakra humano. Se trabaja la conexión con el YO SUPERIOR y el Cuerpo de Luz o Mercaba, creo que por eso la conexión tan grande que sentí.
Y allí estaba delante de ella con su imponente majestuosidad, dos millones y medio de bloques de piedra y un mundo de misterio
Entramos en su interior y empezamos a adentrarnos por un estrecho pasaje ascendente, que nos conducía hasta llegar a la Cámara del Rey. Impresionante espacio de aproximadamente 7×8 mts., con paredes de bloques rojos de granito de Aswan de diversos tamaños, cortados y encajados a la perfección al igual que el techo y un sarcófago de granito negro vacio como único mobiliario del lugar.. Allí empiezan las preguntas, ¿por qué ese espacio?, ¿Para qué fue construido?, ¿Cómo lo hicieron?.
Me recosté a una de las paredes, al igual que el resto del grupo, intentando conectar con la energía y la magia del lugar, así estuve un buen rato, sintiendo esa máxima energía de conexión con el cosmos, con las estrellas, con la otra vida y con el más allá. La energía esta allí, solo tienes que dejarte fluir y sentirla. Al rato salimos por el mismo estrecho pasaje pero ahora de espaldas, y con sumo cuidado de no tropezarnos.
Pirámides de Kefren y Micerino.
Salimos de allí e hicimos un recorrido por la meseta de Guizeh, pudiendo observar las pirámides de Kefren y Micerino. Nuestro guía a nivel energético nos dijo que a la pirámide de Kefren, la cual vimos desde afuera y no pudimos entrar, se accede por una entrada ascendente y en espiral y trabaja con el corazón y el amor incondicional. La pirámide de Micerino trabaja los miedos, y en esta eran iniciadas las sacerdotisas con animales momificados como las serpientes de cascabel, para trabajar los miedos e ir avanzando en su proceso de aprendizaje como grandes sacerdotisas.
La Gran Esfinge de Guizeh.
Después de conectar con la energía de las Pirámides nos dirigimos a visitar la Gran Esfinge de Guizeh, esta corresponde con el sexto chacra.
No está permitido el acceso a esta, pero se dice que hay túneles que conectan con las pirámides. Al lado de la esfinge esta el Templo del Valle, gran construcción con muchas interrogantes, bajos relieves bien conservados con colores y huecos profundos en formas cuadradas.
Gran Necrópolis.
Después nos dirigimos a la Gran Necrópolis, que es el conjunto de Memphis con sus necrópolis y campos de pirámides. Allí visitamos la pirámide de Saqqara, complejo del Faraón Zoser, y su arquitecto Imhotep.
Observamos en relieves el símbolo de Djet, que representa en el mundo de los Dioses, la columna vertebral de Osiris y al mismo tiempo la luz y el poder de una persona en el plano terrenal. El que lleva esta imagen tiene consigo su luz y su poder.
Serapeum
Fue impresionante cuando llegamos al Serapeum, monumento funerario subterráneo, al norte de Saqqara, dedicado al Toro Appis, con alrededor de 24 sarcófagos gigantes de granito negro e inscripciones de adoración hacia este Dios.
Los sarcófagos eran tallados en una piedra única y los colocaban en cuevas subterráneas muy grandes. Vuelven las preguntas otra vez. ¿Cómo lo hicieron?
Aquí dentro no nos permitieron tomar fotografías.
Hasta aquí la cuarta entrega… en la última entrega visitaremos El Cairo, capital de Egipto.
¿Qué te ha parecido esta parte del viaje?,
¡Espero que lo estés disfrutando tanto como yo!
¡Hasta el próximo miércoles!
Con amor,
Susana.
¡Comparte si te ha gustado!
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